Autora: Noemí Martínez.
Currículum académico: Profesora jubilada de la Universidad Complutense de Madrid. Doctora en Bellas Artes. Co-directora del master en arteterapia durante 10 años en la UCM. Escultora y comisaria de exposiciones de arte. Ha publicado libros y artículos sobre educación artística y arteterapia.
Resumen: Para comprender mejor la obra de la artista argentina Lagloria, se hace un pequeño resumen sobre qué piensan sobre el Arte Latinoamericano artistas y críticos de esos países, se aportan datos sobre Argentina, la provincia de Formosa, sus mitos y su arte. Se hace un recorrido por la vida y la obra de Lagloria centrándonos especialmente en la última década, sus instalaciones, objetos escultura y arte textil. Se la puede considerar en parte a Lagloria como artista outsider[1], porque vive y crea en un sitio lejano geográficamente, fuera de donde se cuece el “Arte” actual; también porque su obra es lejana en sus formas expresivas vinculadas a mitologías americanistas, y también porque busca sustraerse de los paradigmas del arte, sus convencionalismos y formas.
Palabras clave: arte latinoamericano, arte actual, mitos argentinos, obras de Lagloria.
Abstract: To better understand the work of the Argentine artist Lagloria (Gloria Polo), born in Formosa province, Argentina, a brief summary is made of what artists and critics of latin american countries think about Latin American art. The province of Formosa, their myths and their art, in my city, reality is mixed with fantasy (says Lagloria). Then it is difficult to know what is real and what is false. A journey through the life and work of Lagloria focusing especially on the last decade, its sculptures installations, objects sculpture and textile art. It can be considered in part to Lagloria as an outsider artist[1], because he lives and creates in a place distant geographically, outside of where the current «Art» is; also because his work is distant in its expressive forms linked to Americanist mythologies, and also because it seeks to escape from the paradigms of art, its conventions and forms.
Key words: latin American art, current art, Argentine myths, artistic works by Lagloria.
Texto:
Lagloria transita en torno a poéticas de lo enigmático, formaliza
materialmente universos únicos, instaurados por la reunión
de partes y/o materiales extraídos de otros objetos.
Elvira Suárez
Antes de detenerme en la obra de la artista formoseña Lagloria, creo necesario dedicar unas palabras sobre el arte de América Latina, sobre lo que piensan los artistas y pensadores latinoamericanos, centrándome especialmente en Argentina, y hacer conocer una parte de ese país como es la provincia de Formosa, así como sus mitos y su arte, para centrarme en la persona y obra de la artista que se hace llamar Lagloria.
Sobre arte latinoamericano
Hay algo abismal y catastrófico en la gran escala que domina el continente americano desde las planicies canadienses a Tierra del Fuego, y la tremenda fisura que representan las Montañas Rocosas, la Sierra Maestra y los Andes no es sino la cicatriz que a duras penas mantiene unida una piel de continua amenaza con desgarrarse.
Rafael Argullol
Estas palabras de Rafael Argullol sobre América creo que presentan bien a ese gran continente, aunque me voy a referir solamente a Latinoamérica, un territorio enorme, con todos los climas desde el tropical al polar, en donde además de los primitivos pobladores a través de los años y debido a vaivenes históricos, se ha ido mezclando con sangre africana, asiática, europea, oceánica, con las características propias que les han dado su historia, su geografía, su clima; por lo que aunar todos esos países bajo un rótulo de “arte latinoamericano” ha tenido muchas controversias.
El vocablo América Latina es de origen francés, con él se pretendía defender los lazos de Francia con los países de lengua española y portuguesa frente a las expresiones Iberoamérica o Hispanoamérica, como se ha llamado siempre en España y a diferencia de la etiqueta de Hispanic art, promovida durante el mandato de Richard Nixon como una idea étnica y geográfica que reducía la idea de América Latina y de arte latinoamericano, defendida por el artista y crítico de arte uruguayo Luis Camnitzer que así denominaba a una comunidad política marcada por una experiencia colonial compartida. Muchos de los países que querían olvidar y desprenderse de los años de ocupación y colonialismo español han preferido el término de América Latina. El escritor argentino Jorge Luis Borges sin embargo difería, no creía en el término de América Latina. Borges lo dijo en una entrevista que le realiza el crítico y curador uruguayo Ángel Kalenberg en 1976:
Yo no sé siquiera si existe una América Latina. Creo que los países, las nacionalidades, son acto de fe. Y no sé si alguien se siente latinoamericano. (…) Creo que es una especie de abstracción geométrica, política. (…) Yo creo que habrá latinoamericanos el día en que alguien se sienta latinoamericano.[2]
O como dice la crítica de arte mexicana María Minerva, por una razón bastante directa: “el arte latinoamericano” como tal, no existe. No existe más allá de las presiones del mercado y de los centros de gestión del sistema institucional del arte.[3]
En el año 1975 el crítico peruano Juan Acha y el pintor argentino Kazuya Sakai comenzaron a organizar un encuentro para “alentar los debates sobre arte y literatura en América Latina y abrir la posibilidad de un intercambio en torno a dichos temas y problemas entre artistas y críticos, historiadores del arte y escritores”[4]. El evento se realizó en Austin en colaboración con la Universidad de Texas, el Blanton Museum y el crítico argentino Damián Bayón que impartía en dicha universidad cursos de arte moderno en América Latina. Con el tema El artista latinoamericano y su identidad, Damián Bayón invitó a responder a los participantes las siguientes preguntas: “¿Existe en la actualidad el arte latinoamericano como una expresión específica? Y si es así, ¿en qué términos se da?” Presentaron diferentes ideas críticos, artistas, comisarios, directores de museos e historiadores del arte en un debate sobre lo latinoamericano en el arte. El pintor mexicano Rufino Tamayo contestó destacando que “la preocupación por la identidad es una especie de complejo de inferioridad que se está teniendo aquí y el cual debemos descartar totalmente”, a desemejanza del crítico cubano Gerardo Mosquera que expresó la necesidad de “perder” América Latina en pos de la construcción de una meta-cultura global. La crítica de arte argentina Marta Traba manifestó: “Nosotros no existimos ni como expresión artística distinta, ni tampoco como expresión artística, fuera de los límites de nuestro continente (…) teniendo en cuenta que el proceso del arte moderno y actual ha sido fraguado en dos metrópolis, primero París y luego Nueva York”. El escritor mexicano Octavio Paz dijo que América Latina llevaba siglos bailando “fuera de compás”, pues no acababa de admitir que pertenecía “no a ese nebuloso tercer mundo de que hablan los economistas y los políticos, pues lo que somos, es un extremo de Occidente, un extremo excéntrico, disonante”. Todas opiniones muy diferentes.
En el año 1978 se realizó en Sao Paulo la Primera Bienal Latinoamericano por iniciativa de Juan Acha, para que fuera un espacio de discusión y exhibición de arte latinoamericano, solo duró un año para seguir como bienal internacional. Según Luis Camnitzer, el paulatino ascenso de las identidades culturales en América Latina se frenó por el patrocinio de las importaciones, y la creación artística destinada a la propia comunidad, fue reemplazada por obras que miraban hacia el mercado internacional. En febrero de este año 2017, aprovechando la ocasión de la celebración de la feria internacional de arte ARCOMadrid que ha tenido como país invitado a Argentina, el gran coleccionista argentino Aníbal Jozami ha presentado su proyecto Bienalsur, en donde quiere derribar muros y celebrarse en más de 30 ciudades a la vez de 13 países. Para Jozami “en este planeta en el que cada vez más políticos se afanan en derribar muros, el arte debe servir para destruirlo”.[5]
Pero entonces, debemos preguntar ¿hay algo que caracteriza y distingue al arte latinoamericano?, ¿basta para ello que sea un arte creado por latinoamericanos “sea cual fuere su estética o su lugar de residencia”, como pensaba el poeta y crítico de arte argentino Saúl Yurkiévich? Hoy día parece que se diferencian los artistas latinoamericanos contemporáneos de sus antecesores, en que han dejado de hacerse aquellas preguntas aunque sin duda muchos de ellos la presentan en sus obras.
A comienzos del nuevo siglo el filósofo y teórico del arte español José Jiménez, comisarió una magnífica exposición en Madrid, “El final del Eclipse” (2001), un recorrido por el arte de América Latina, con la obra de 42 artistas latinoamericanos en todos los formatos y soportes: fotografía, pintura, esculturas, instalaciones, intervenciones, video y arte para la red. En el catálogo escribió:
…resulta apropiado afirmar que estamos ante el final del eclipse que hasta ahora nos impedía ver sin filtros distorsionadores la verdadera situación de América Latina. El final del eclipse es una metáfora conceptual, con la que quiero indicar que por fin se dan las condiciones históricas y políticas para una aproximación a las culturas y el arte de América Latina, más allá de los lugares comunes, de la repetición de estereotipos ya gastados, de la reducción a lo exótico.[6]
Argentina, Formosa sus mitos y su arte
Es una característica argentina: destruir y empezar después.
Mario Bunge
Para hacernos una idea sobre Argentina, país que no debe ser conocido solo como el país de Borges y Cortázar, de Maradona y Messi,o de Evita y Cristina Kirchner; primero es necesario retratarla geográficamente. Argentina es el segundo país más extenso de Sudamérica y el octavo en extensión del planeta. Limita al norte con Paraguay y Bolivia, al noreste con Brasil, al este con Uruguay y el océano Atlántico y al sur y al oeste con Chile. Sus primeros pobladores han mermado mucho con relación a la población en general debido a causas dispares, las enfermedades traídas, el mestizaje, las campañas de exterminio en los siglos XVIII y XIX, la interrupción de sus culturas y la gran inmigración de Europa en el siglo XX.
Con respecto a Formosa, es una provincia situada en el norte de Argentina que limita al este y al norte con Paraguay. Son muchos los kilómetros de frontera con Paraguay, país del que hereda influencias culturales como así también expande las suyas. Formosa está enmarcada en un entorno natural donde se combinan selvas en galerías, bosque tropical y sabanas, con una gran cantidad de especies animales, está atravesada por el trópico de Capricornio que la ubica en la región sub-tropical del país. Fue habitada por tres grandes grupos de nativos que vivían en distintas regiones, los tobas, los matacos y los pilagás, que llegaron a este territorio obligados a migrar de la selva boliviano-paraguaya. Los primeros europeos de los que se sabe llegaron a Formosa fueron componentes de las expediciones del año 1528, se cree que en esa época se le dio el nombre de Formosa a esta zona palabra que deriva del español antiguo fermosa, que significa «hermosa». Su idioma oficial es el castellano con otros idiomas no oficiales hablados por indígenas como son el gomlaqtaq, wichi, mocoví, y especialmente el guaraní.
En Formosa hay muchos relatos o mitos populares que fueron pasándose de generación en generación de forma oral. Uno de los mitos más extendidos no solo en el noroeste de Argentina, también en Paraguay y en el sur de Brasil, es el del Pombero. El pombero es el guardián de la selva, el protector de los pájaros y es el duende de la siesta, puede silbar imitando el sonido de todas las aves. En canje a sus favores le hacen ofrendas de miel, huevos y tabaco. Pero si se olvidan de él puede ser vengativo, el pombero roba a los niños que se pierden en la selva en la hora de la siesta, y puede hipnotizar a las mujeres para poseerlas.
Otro mito es el del genio de la siesta, Jasy Jatere, una especie de Cupido diablillo. Es un niño pequeño, rubio y hermoso, que va desnudo y lleva siempre un bastoncito de oro con un silbato con el que imita el canto de un pájaro, vive en el bosque. Jasy Jatere atrae a los niños con su silbato o tocándolos con su bastón, y se los lleva al bosque donde los alimenta con miel silvestre y frutas, juega con ellos y al fin los suelta o los deja enredados en lianas, pero los niños se han vuelto tontos, mudos o sordomudos. Las madres suelen amedrentar a los niños con él para que no escapen de sus casas durante las siestas, para bañarse en el río, subirse a los árboles, jugar con la honda, para no andar holgando durante las siestas.
Cuando se circula por carreteras secundarias en distintas provincias de Argentina, nos podemos encontrar con pequeños altares hechos por la gente del pueblo que agradecen los favores recibidos por sus santos populares. Especialmente desde la segunda mitad del siglo XIX han surgido un conjunto de devociones populares hacia ciertas personas que consideran hacen milagros, a las que piden distintos tipos de favores y luego se les agradece por medio de ofrendas. Estos santos paganos se refieren a personas que vivieron en tiempos cercanos y fueron elegidas como milagrosas por los mismos pobladores, generalmente luego de una trágica muerte, los más venerados son el Gauchito Gil y la Difunta Correa. La leyenda del Gauchito Gil dice que era un hombre humilde, con gran destreza en el arte de la guerra, combatió en Paraguay, desertó cuando se vio obligado a enfrentarse a sus compatriotas, perseguido, fue asesinado por sus rastreadores; allí nació el mito, que se profundizó con la narración de sus milagros. Sus altares están siempre llenos de banderas rojas. La leyenda de Deolinda Correa cuenta que murió de sed con su hijo en brazos en el desierto al seguir a su esposo llevado a la fuerza para pelear en una guerra civil, y milagrosamente pudo seguir amamantando a su hijo: a ella le dejan en sus altares botellas con agua. Por los milagros que se le atribuyen tanto a la Difunta Correa como al Gauchito Gil tras su muerte, se han convertido en santos paganos con miles de seguidores.
La antropóloga argentina María Cristina Krause dice que no importa que los sucesos sean imaginarios o ciertos, ya que lo esencial es el sentido y para acceder a él es necesario considerar las relaciones de transformación. Para Rubén Dri, filósofo y teólogo, los mitos son creaciones colectivas destinadas a dar sentido a la vida y sus grandes problemas. Los grupos sociales se constituyen y ordenan en torno a símbolos, el ser social alejado de un grupo de referencia se siente perdido y en peligro. «Naturalmente el hombre se siente escindido, y a lo largo de su vida, busca elementos que le permitan religarse», afirma Rubén Dri. Esto sólo puede subsanarse mediante símbolos “religadores”, que otorgan sentido a la vida humana. El símbolo cierra un círculo y contribuye a la formación de una identidad individual y grupal. «Cuando una sociedad está sana y los lazos sociales no están quebrados —dice Dri—, los símbolos tienden a apagarse, en cambio cuando la estructura se rompe, los símbolos se convierten en soportes». A diferencia de los demás países de América latina, que se mantuvieron muy apegados a los símbolos erigidos por los pueblos originarios, en la Argentina los símbolos tradicionales por años fueron considerados expresiones supersticiosas y fetichistas de pequeños grupos. «El neoliberalismo y la globalización han devuelto a la Argentina a su esencia americanista», ironiza Dri. [7]
Y ahora debemos preguntarnos ¿qué significa ser latinoamericano, estética e intelectualmente hablando, en Argentina, en este lugar tan al Sur de este mundo? Nos contesta Rafael Argullo:[8]
… la mejor prueba es pasar de la experiencia urbana de Buenos Aires, laberíntica como pocas, a ese viaje en la nada que es la pampa. (…) Para el extraño es la horizontalidad sin fin es tan inquietante como una memoria a la que se hubiera arrancado todo recuerdo particular. (…) Gran parte de la poesía y del arte latinoamericano crecen también en la lucha de estos dos principios antagónicos. El laberinto de los sentidos y el desierto místico. (p. 64)
Palabras que quizás puedan ayudar en algo comprender las dificultades del ambiente cultural y artístico argentino. Ahora lo latinoamericano parece que necesita de otras imágenes y, sobre todo, de otras palabras. En el año 2016 el MACBA, Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, a los quince años de su apertura se ha ampliado y se ha vuelto a plantear su discurso artístico por medio de la exposición que lleva por nombre “Verboamérica”. Con la muestra se ha querido conjurar un fantasma de la historia del arte europeo:
…esa impronta que, pasados los años, parece estar más atenta a lo que sucede en un contexto donde lo latinoamericano es lo global en sí mismo” Se dividió la muestra en distintos sectores: “Mapas, geopolítica y poder; Ciudad, modernidad y abstracción; Trabajo, multitud y resistencia o Campo y periferia, al tiempo que construye un mapa que incluye “problemas artísticos, menos que escuelas y estilos. Desclasifica el canon, quizá, para proponer uno nuevo. Una tarea de riesgo, ya que el contracanon siempre incluye a su oponente y aún, en su destrucción, le devuelve algo de aliento.[9]
La artista formoseña Lagloria
…para que haya obra de arte, para que haya un fenómeno estético,
se necesita un lugar, un creador, medios y, por supuesto,
alguien del otro lado, en fin, se necesita al otro, el creador no puede
estar simplemente encerrado en su creación.
Jean Baudrillard
- Lagloria ante el río Paraná, Formosa.
Gloria Polo Downat, que se hace llamar Lagloria en su obra artística, se denomina como cazadora de zombies, artista visual independiente y docente jubilada. Y yo quiero agregar más calificativos a esta artista tanto por su persona como por su obra, su feminismo y su gran conciencia política y social. Trataré de ir haciéndolos conocer poco a poco.
Lagloria nace en la localidad de Ibarreta, Formosa, en 1953, la familia materna eran inmigrantes ucranianos que se hicieron de la nada, en unos parajes salvajes donde les asignaron tierra y ellos, analfabetos casi, inculcaron a sus hijos que lo más importante era tener una carrera, por lo que la madre María Downat, estudia magisterio y más tarde amplía su formación en Arte y se recibe de Maestra de Artes Visuales. María también adoraba la música, amor que también comparte con sus cuatro hijas, una de ella es la pintora surrealista Lili Polo Downat. En ese entonces la provincia de Formosa estaba atravesada y dividida en dos por las vías del ferrocarril en sentido horizontal, en esa línea se suceden pueblos y la ciudad de Ibarreta está aproximadamente en la mitad. Es una ciudad pequeña, en un entorno llano interminable, de clima más bien seco, sin ríos, con algunas lagunas y afluentes cercanos.
Lagloria vive actualmente en la ciudad de Formosa, Argentina, es licenciada en Bellas Artes y ha sido profesora en Artes Plásticas. Es doctora en Investigación Artística y recientemente ha sido nombrada Académica delegada por Formosa de la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina. Sostiene una larga y constante trayectoria artística, participando en exposiciones individuales y colectivas, en salones provinciales, nacionales e internacionales, y trabajando en gestión cultural. Sus obras están en colecciones particulares y en museos y embajadas en Argentina, Paraguay, México, Israel, Inglaterra y España.
Su tesis doctoral versa sobre “Xul Solar. Un referente del arte simbólico americanista” leída en la Universidad de Granada, España, en 2012, en la que desarrolla las conexiones existentes entre el artista y Borges. De hecho, el maestro Borges consideraba a Xul Solar como «ciudadano del mundo», por su capacidad de dialogar con todas las culturas. Lagloria dice que la obra de Xul Solar es de un profundo interés y de un permanente valor, le ha influido de manera fundamental, no solo desde la admiración o lo formal, sino desde lo ético/ideológico y estético. También la base mítica de su obra, circunstancia que le permitió circular por las diferentes culturas y tiempos sincrónicos.
Lagloria siempre ha trabajado de forma individual salvo en 1991 que se integra con un colectivo de artistas de Formosa, el grupo Visual 7, grupo formado por siete artistas y escritores que presentaban varias exposiciones al año, que, aunque funcionó bien cerca de dos años, se disolvió ya que tenían desarrollos personales y profesionales diferentes.
Las primeras obras de Lagloria son pinturas al óleo, en la década de los 80 comienza a investigar sobre una solución diferente del espacio, con obras bellas de factura y color, de las que voy a reproducir solamente una que me parece introduce bien a sus trabajos posteriores que son es el período en el que quiero trabajar. Creo que comienza a dar un giro en su obra con “Autorretrato, naturaleza americana, vida y muerte” en el que se interna en la historia del mundo local, formoseño, latinoamericano; un espacio-sociedad tan largamente colonizado y agredido, que abre cauces cada vez mayor de emancipación artística, con telones políticos y sociales. “Autorretrato, naturaleza americana, vida y muerte,” es ella misma en su calidad primero de mujer, de persona criada en una naturaleza exuberante, de creadora con un gran manejo en la técnica del óleo, en el dibujo y el color. En su pintura presenta la dualidad de toda existencia representada en dos partes, una que pinta la vida en azules y verdes, en flores, hojas y pájaros que dejan entrever un rostro humano y en la otra mitad en amarillos, ocres, naranjas, marrones, con una figura humana que ha llegado ya al fin de sus días pero que parece aferrase todavía a la vida. Vemos a la naturaleza que penetra en cuerpo y espíritu, en las miradas entrecruzadas de figuras dentro de la obra. Lagloria se interna también desde “Autorretrato, naturaleza americana, vida y muerte”, en la historia del mundo local, formoseño, latinoamericano; un espacio-sociedad tan largamente colonizado y agredido, que abre cauces cada vez mayor de emancipación artística, con telones políticos y sociales.
En el artículo “Realidad envolvente” se pregunta Jorge D. Chacona sobre esta obra:
¿se puede ver algo más de lo que muestra? “Lagloria” nos muestra algún breve inventario del cúmulo de simbolismo que encierra el ser (ontológico), la esencia humana, incluyendo razones y delirios porque son parte del devenir de hombres y mujeres. Enorme y entera multiplicidad se ve detrás de azules y amarillos.[10]
- “Autorretrato, naturaleza americana, vida y muerte”, Lagloria.
En el año 2008 Lagloria comienza a experimentar con nuevos materiales que le sirvan para contar y dejar salir al exterior muchas cosas que laten en su interior y trabaja sus obras a partir de objetos encontrados y materiales reciclados y va dejando de lado la pintura:
Algunos teóricos hablan del agotamiento interno de la pintura a partir de la década de 1980. Daban por sentado que la producción de pintura pura era la meta de la historia, que ésta había sido alcanzada y que entonces a la pintura no le quedaba nada por hacer. Esto, quiere decir que hablar de la muerte de la pintura, tampoco significa que ésta desaparezca o que no vaya a existir más.[11]
Las vanguardias del siglo XX en sus búsquedas de acercar el arte y la vida vieron el alcance de recepción de la obra y el camino que debía hacer el espectador, de espectador pasivo a espectador activo que debe descifrar e interpretar la obra dotándola de sentido, dando su propio aporte al proceso creativo del artista. El espectador es quien cierra la obra, ocupa un lugar en la conformación de las obras de arte al igual que pedía el escritor argentino Julio Cortázar a los lectores pasivos de sus obras, ese lector pasivo que se limitaba a leer y disfrutar la historia dejándose llevar por el narrador, lo describía como alguien que no quiere problemas sino soluciones, o falsos problemas ajenos que le permitan sufrir cómodamente sentado en su sillón, sin comprometerse en el drama que también debería ser el suyo”. En el extremo opuesto de estaba el lector-cómplice, que definía como aquel que “puede llegar a ser copartícipe y copaciente de la experiencia por la que pasa el novelista, en el mismo momento y en la misma forma”. Roland Barthes reafirmaba esta premisa señalando que: “el objetivo del trabajo literario (de la literatura como trabajo) es hacer que el lector no sea más un consumidor, sino el productor del texto”. Con esta nueva forma de ver el arte se pretende que la orientación o dirección para un nuevo espectador vaya de la democratización a la socialización del arte, que será quién ahora comprenda e interprete la obra dándola sentido, haciendo de esta manera su propia aportación al proceso creativo gestado por el artista. Por lo que nace la existencia de nuevas formas de interpretación por parte del espectador para aprehender la intención del artista. Esto ayuda a concienciar un arte crítico, que haga pensar y reflexionar, y eso es lo que pretende Lagloria con sus obras.
- Instalación “La Pomba gira” 2008-2012, medidas variables. Lagloria.
En el año 2008 comienza “La Pomba gira”, una instalación[12] que estructura como altar con distintos elementos característicos de las creencias populares y paganas, las medidas son variables para adaptarse en donde se va a exponer. Esta obra se propone mostrar un proceso de acciones simbólicas que no tienen fin, que no permiten el uso de las técnicas tradicionales. En “La Pomba Gira” Lagloria tiene necesidad de volver a sus arcanos, recobrar lo primigenio, por medio de altares y cortinados e instalaciones que sigue creando. Trabaja a partir de relatos y creencias locales, personales, de “su posicionamiento en el arte, en su comunidad, en el mundo”. Retorna a los orígenes del arte, y como ella declara “implica para la artista/chamán devolverle a la imagen la dimensión mágica que tuvo en los orígenes de la historia del arte”. Es una obra alegre realizada con objetos, banderines de papel de seda, telas, que nos hablan de festejos y creencias populares, de su tierra tropical, de sus músicas y bailes, de sus razas mestizas, todo tiene vida y gira y gira, pero sabemos también que todo se acaba cuando se deja de girar. La Pomba Gira[13] es el nombre de una deidad muy venerada actualmente en Paraguay.
Entre los años 2008 y 2013 realiza instalaciones, obras que denomina “cortina”, “cortinado”, “tapiz” y comienza a trabajar con plumas de aves autóctonas de la zona de Formosa que recoge en el monte, un recuerdo del arte plumario presente en el arte indígena, con textiles, objetos y tranzados encontrados, pequeñas figuras en volumen que realiza en tela y borda, cintas hilos de yute y sea, cascabeles, vidrios policromados, conchillas. En ellos trabaja con temas que le interesan como en “Cortina Femenina” un cortinado realizado sobre tela plástica que pinta, en el que incorpora piezas que representan vaginas dentadas[14] a las que relaciona con la antigua leyenda de la relación entre la mujer y el hombre. En “Cortina Nacional” representan los mitos, creencias y sucesos nacionales, desde la religión, la vida, la muerte, la música desde Gardel a Charly García, los políticos, los próceres, etc., al Che Guevara que imprime en el cortinado. “Cortinado pretérito” estructurada como un altar que compone la parte central como tejido plumario con sistema indígena a los que incluye figuras en volumen con formas de figuras de animales y corazones; está terminada con restos de cuero, soportes de tela de raso, tules a ambos lados en distintos tonos de amarillo y naranja.
La artista no deja de crear, de experimentar, nuevos objetos tridimensionales salen de sus manos, mira con nuevos ojos en su entorno, encuentra en la naturaleza y en los objetos diarios e infantiles otros lenguajes, los transforma. En el arte contemporáneo no hay ningún criterio acerca de cómo debe ser y verse el arte, no puede ser encerrado en una única dimensión. Según Arthur Danto hay una sutil transfiguración de objetos cotidianos en objetos artísticos, se acaban entonces los parámetros tradicionales de identificación artística, la obra de arte como tal ya no existe, ahora debe ser interpretada.
En cada uno podemos ver una faceta de Lagloria, como un caleidoscopio que nos muestra muchas formas y colores, ella hace lo mismo en las distintas obras. En “Cortina femenina” un canto a la mujer libre y fuerte, en “Cortina Nacional” su interés por el día a día, y por quienes lo habitan, los gustos y creencias populares, la política. Con “Cortinado pretérito” homenajea al arte indígena tan poco valorado y a su amor a la naturaleza, en “Cortinado tornasol”, la belleza de las aves que anidan en Formosa.
Le siguen sus objetos escultóricos. Realiza una serie de obras en las que ensambla materiales y objetos que halla en el monte, en el río, por las calles de su ciudad, son desechos de la naturaleza y de la sociedad que le dan materia para contar, criticar y denunciar cosas que la hacen daño. “Lo que ellas quieren”, 2009, es una obra realizada con elementos encontrados, cartones, plásticos, brazos de muñecas y maniquís de mujer, telas y redes varias de ellas recicladas, representa un ídolo alado como ideal femenino favorito de las mujeres. Es como un hombre anhelado por sus condiciones sentimentales y de fama ¿o pregunto yo codiciado por su dinero?, su cara no es la de un galán sino la de un payaso. En “A cada cual su cruz», 2010, presenta una procesión donde solo se ven las piernas de tres muñecas sobre las que llevan con una gran bandeja que pasean tres cruces y plantas; cruces y zapatos de niñas son de colores rosa, celeste y amarillo, Lagloria con esta obra quiere mostrar el pensamiento católico que es agobiante y castrador.
En dos obras de este período trabaja con espejos, espejos que tanto inquietaban a Jorge Luis Borges, quien escribe que “nos hemos acostumbrado a los espejos, pero hay algo de temible en esa duplicación visual de la realidad”. Uno se titula “Casipez-casiplanta-casimujer”, 2010, realizado con distintos materiales encontrados, torso y brazos de muñeca con vestido de raso y encaje negro, tronco, ramas con flores de plástico y maderas. Es como un animal imaginario con cabeza de pez con dos cuernos (casi pez), un árbol con ramas como cuerpo (casi planta), torso y brazos de mujer (casi mujer). Este animal imaginario está sostenido sobre una tabla de madera por dos alambres forrados de madera uno más largo que el otro, que hace que esta figura quede en una actitud como de salto hacia un río; se encuentra dentro de una caja de madera con espejos que lo duplica.
La obra “Diosa de las horas perdidas”, 2011, está compuesta por un soporte de madera estructurado como la maquinaria de un reloj sujetando un libro abierto que en vez de páginas tiene un espejo a cada lado, en una de las caras vemos el torso en volumen de plástico de la diosa, en la parte que estaría el rostro hay un objeto blanco que pudiera ser el rostro cubierto por una red negra, un collar blanco de abalorios. Detrás se ven las horas del reloj que se han ido cayendo, como metáfora del tiempo.
4.“Casipez-casiplanta-casimujer”. 5.“Diosa de las horas perdidas”.
“Serie del litoral”, “Altar antropológico”
Sobre la violenta negación y erradicación del indígena
se fundó el “descubrimiento” de América. (…)
En esos cuerpos clasificados y exortizados late, pese a todo,
la fricción de una potencial revuelta.[15]
De 2010 a 2012 es su “Serie del litoral”, son obras realizadas con pajas de la zona de distinta variedad, en algunos casos parte de la cestería indígena local ya descartada y las recicla, al integrar nuevos volúmenes y elementos a partir de la técnica del ensamblaje. En ocasiones incorpora bordados y tejidos propios o elementos volumétricos realizados a partir de telas de tapicería, o elementos encontrados como maderas o huesos naturales, etc. Son obras de peso muy liviano de colores naturales, unas tienen sus propios soportes incorporados, otras son como tótems, a otras las incorpora juguetes sobre ruedas para mover la pieza, otras son aéreas:
Su ensamblaje “Sonsonrrisas” representa a una mujer que va de paseo, su cuerpo y cabeza con un gran gorro está realizado con tejidos vegetales, incorpora a los lados unos brazos de plástico adornados con pulseras con colgante rojo, collares rojos cosidos y pendientes. El gran gorro está acicalado con bandas de cuerda roja de las que penden varias filas de dientes sonrientes hechos de yeso. “Camas relax” otro objeto escultórico aéreo, realizado con tejidos vegetales en distintos tonos de marrones con inclusiones de elementos plásticos, como dos pies de plástico que asoman, telas de colores y bordados y tejidos. «Sombrerona» también realizado con distintos tipos y colores de tejidos vegetales, en el centro asoma la cara de un hombre con bigotes y una gran barba bordada en tonos oscuros, los brazos, la cabeza y la base de su gran sombrero están tejidos en un tono algo más claro, el sombrero se remata en una superficie plana de la que surgen tres pilares inclinados hacia fuera de un tejido color paja, de las tres columnas cae un cascabel en cada una.
Serie del litoral, Lagloria.
- “Sonsonrrisas”. 7. “Camas-relax”. 8. “Sombrerona”.
Con ocasión de la 1º Bienal de Arte Contemporáneo de Buenos Aires a la que fue invitada a participar, Lagloria presenta tres obras de la “Serie del litoral” realizadas para esta ocasión de gran tamaño que tuvieron mucho éxito, “Apucay del norte”, «Sombrerona» y «Observante». Ella ha declarado que fundamentalmente en esta serie del litoral intentó sumergirse en su interior, descubrir un sentido americanista profundo, que hiciera de caja de resonancia de lo ancestral, ahora y desde la propia actualidad, y por eso es la elección con los medios que trabajó, para que respondieran a su contexto de artista del interior profundo, que vive todavía en un barrio de calle de tierra, en el costado norte de la Argentina.
Culmina esta serie de objetos escultura e instalaciones con su “Altar antropológico” en el que incluye técnicas dispares, sus pensamientos y conceptos sobre la vida y el arte, como dice Lévi-Strauss que “el arte se inserta a medio camino entre el pensamiento científico y el mítico o mágico.” Es una instalación integrada por objetos tejidos en telar, en dos agujas, en crochet, y en el sistema indígena mesoamericano del arte plumario, que permite incorporar estos elementos a partir del anudado de una o varias plumas por punto del tejido. Es un trabajo individual en el proyecto, y colectivo en su realización y montaje en exposiciones.
Esta obra, configurada como un altar, tal como se ve en las fotos, es una ofrenda al arte, a las artesanías, a la naturaleza, a todo lo que nos brinda la tierra, el aire y el agua y a la dualidad que nos ofrece la vida. Son dos zonas muy diferenciadas una que ocupa más espacio en la parte superior, en el fondo sobre la pared y que se desparrama por el suelo es un tejido de plumas, de pequeñas vidas, que representa la naturaleza y la libertad en contraste con la zona más pequeña, la vida actual en la ciudad representada con muñecos encontrados cubiertos y adornados con ropajes que han salido de animales de tierra, el aire y agua, personajes amontonados entre sí, no sé si algunos están en lucha. Como muy bien describe la crítica de arte María Angélica Grottoli:
Este “bricolaje intelectual” elabora estructuras con residuos de acontecimientos. (…) En nuestra cultura, las mujeres son las que tejen. El altar antropológico está tejido no sólo por medio de una urdimbre sino también con la incorporación de elementos animales (plumas, almejas, dientes), pequeñas artesanías (campanillas, almohadones). Una elaboración que remite a los tres elementos siempre presentes en el pensamiento mítico-religioso: son pequeños seres-muñecos polimorfos ¿ofrendas quizás?, tejidos también, ensamblados tras ser destruidos, con sus ojos pintados, a modo de chamanes. Y una serie de dualidades, como en el mito: lo suave/agresivo en las plumas y los dientes, lo sublime/terrenal en los restos animales y su ensamblado, lo corpóreo/eterno, la vida y la muerte. La mujer como paradigma de la creación, la que engendra vida, homenajeada por la artista Lagloria en calidad de “bricoleur”, artífice de un altar para un ritual sin dioses.[16]
Los objetos que exhibe en “Altar antropológico” expresan formas y entidades diversas, manifestando sus vínculos con la naturaleza y también con la cultura. Nuestra mirada se encuentra con la sorpresa: cuerpos, irregularidades, materias, elementos con textura plural, con dimensiones que interrogan sobre el propósito, sobre las causas, e incluso sobre las ambiciones artísticas. Los ideales como los de Lagloria constituyen fronteras permeables. Su obra roza el arte, la historia, la naturaleza, la acción humana, lo antropológico, “El Altar antropológico” se encuentra en el arte, en el devenir humano, en el territorio latino-americano.
9-10-11.“Altar antropológico” en un montaje en el estudio de Lagloria.
Cuando presenta la obra en alguna exposición la artista plantea que se puede tocar, ser parte de ella, para que las personas se vean también como un objeto y sujeto del arte, de la sociedad, de la antropología, de los altares Por lo general en las muestras, el público interviene activamente, modificando, desplazando o rechazando lo que le rodea, lo instalado. Con esta obra la creadora retorna a todo lo que es su propia cultura, la de Formosa, a la historia de los pueblos, al hacer colectivo de la cultura autónoma. Para la instalación se sirve de la simbología del potencial étnico para su identificación con la historia, la simbología y el acontecer latinoamericano.
“La edad de la inocencia”, “Gran hermano”, “Octopus”
No soy racional para comenzar a trabajar fundo las obras intuitivamente,
pienso que mi disparador nace en el inconsciente.
Objetivamente no analizo por qué hice esto o lo otro,
cuando tengo un disparador trabajo y sigo en esa dirección.
Lagloria
Comienza por estos años su incursión hacia el arte textil. El trabajo artesanal con fibras y textiles tiene una antigüedad de 30.000 años, a partir de 1962 el escultor Claus Oldenburg comenzó a emplear para sus obras, lonas rellenas de estopa a las que llamó soft sculptures (esculturas blandas). Actualmente, también vemos un renacimiento de este arte a través de artistas creativos que lo han llevado un paso más allá: como una propuesta que va desde el arte conceptual hasta la instalación.
12-13-14. “La edad de la inocencia” (medidas variables). Detalles de la obra La Gloria.
En esta obra Lagloria homenaje a la siesta en el Norte de Argentina, a la felicidad y de evocación al momento en donde las mujeres se reunían para la costura e intercambiaban saberes, risas y penas; lo hace en forma de altar o de árbol de la vida, para ello crea cincuenta figuras en volumen hechas en textiles variados, con inclusiones de cuentas, brillantes piedras falsas, botones y puntillas, son figuras pequeñas a las que atribuye cualidades o rasgos humanos a animales o a cosas, animales de compañía gatos, perros, corderitos, animales que de niños les daban miedo, pájaros que en vez de alas tienen piernas de niños, personajes infantiles, héroes, un universo mitológico pleno de ingenuidad. Las ramas o lianas por las que trepan y juegan estos seres son largas tiras de tela a las que cose y rellena, casi todo el material es reciclado de ropas en desuso, es su forma de posicionarse ideológica frente a la ecología.
En el año 2015 realiza su instalación “Gran hermano” para presentar en el Museo de Bellas Artes «Juan Ramón Vidal» de Corrientes, Argentina. Lagloria ha declarado que así cuando trabajó para su anterior instalación, “La edad de la inocencia”, lo hizo con una gran felicidad en la que cabía además la añoranza de esos años y una cierta melancolía, con “Gran hermano” sus sentimientos eran otros, privaba un pensamiento de malestar teñido de pesimismo.
Está realizada con el pensamiento de crear un panóptico[17] de control, de un espacio en donde al estar todos controlados, eso engendra una sensación de malestar y falta de libertad. La figura principal es la del controlador, una figura con un gran ojo que todo lo ve, y que vigila a una serie de figuras antropomórficas que están conectadas entre sí con unas especies de lianas. En todo el recorrido de las extensiones se ven ojos que insinúan una situación de control sobre las personas con el consecuente quebrantamiento de su individualidad. Además del gran controlador, el «Gran hermano» presenta otros dos personajes secundarios importantes, con cerca de cincuenta pequeños personajes humanos que están vigilados y conectados por medio de formas tubulares para que no puedan escapar. Las figuras principales son aéreas, están colgadas en lo alto desde el techo, y las restantes pequeñas figuras están colocadas en alturas diferentes y sobre el suelo. Está todo realizado con textiles cosidos a mano, a los que pega y cose cosas y objetos diversos como botones, tules y cuentas, las telas son de diferentes texturas, principalmente de pantalones vaqueros de tonos azules. Todo el material usado por Lagloria es reciclado, tanto por razones estéticas como éticas. El tamaño de la obra es aproximadamente de 3m x 2m x 3m, si bien es variable y puede acondicionarse a diferentes espacios, porque aunque las piezas están relacionadas entre sí, también permiten cierta independencia formal en su disposición espacial.
15-16. “Gran hermano” en el Museo de Corrientes, 2015. Detalles de la obra de Lagloria. Fotos de la artista.
Sobre esta obra Tomás Barijhó escribe:
Los personajes nos miran, nos envuelven, nos permiten tocarlos, nos incitan a moverlos, a participar en la transformación del orden inestable, blando y provisorio en que se encuentran: al igual que en las relaciones humanas tal orden es circunstancial y temporal. A través de metáforas y sinécdoques, Lagloria nos cuenta nuestra realidad cotidiana, nuestros vínculos –en ocasiones virtuales más que reales-, alienantes, equilibrados o cuerdos y a veces tal vez felices.[18]
Esta instalación se ha presentado en el año 2016 en la 1ª Bienal de Arte de Sevilla, España. Ese mismo año el Centro de Arte Moderno de Madrid, invitó a Lagloria a participar en la exposición colectiva “Seres imaginarios”, que con motivo del Año Borges el Centro organizó en el mes de noviembre, con obras basadas en los textos del Libro de los seres imaginarios como homenaje a su autor, al cumplirse treinta años de su muerte.
Lagloria escogió trabajar a partir del relato de Borges “La óctuple serpiente”, ente que figura en los mitos cosmogónicos del Japón, animal temible que tenía ocho cabezas y ocho colas, ojos del color rojo oscuro, fiera que había devorado a las siete hijas doncellas de un rey durante siete años y se aprestaba a devorar la menor a la que logra salvar un príncipe llamado Valeroso-Veloz-Impetuoso-Macho. La octava hija del rey es salvada por el joven príncipe que se desposa con ella y la serpiente es aniquilada por degollamiento. Para ello creó una escultura textil que representa a la serpiente de ocho cabezas y ocho colas y al príncipe salvador de la última doncella.
La artista dice que no ha pretendido hacer un relato épico convencional, sino representar una serpiente sugestiva, amigable y emplumada, como las del panteón mesoamericano, al príncipe sin la belleza tradicional, simpático y amigable, lleva un sombrero tipo tanguero bajo su corona porque Borges amaba el barrio y el tango, con una cinta de la bandera argentina para indicar el origen del maestro y la artista que lo referencia.
17.“Octopus”, 2016, Lagloria.
Como dice Jacques Roncière la comunicación en el arte presenta una dialéctica entre lo visible y lo invisible, la imagen no es un reflejo de una cosa, sino que es una tensión entre lo visible y lo invisible, lo que se ve y lo que se dice, lo que se dice y lo que se calla. Las imágenes plantean varios enunciados que intervienen de manera conjunta, no lo hacen de una forma cerrada, sino que presentan algo con que se debe interactuar, que debe ser completado. Esta forma de creación activa es la que plantea Lagloria con sus últimas obras. Pide imaginación y creatividad, tanto en su enunciado como en el de ser percibido, y propone en consecuencia, un rol vivo en ambas partes, como posibles interpretaciones, mensajes e ideas. Lagloria quiere que sus obras expresen una idea, una idea siempre en marcha, que esté viva y que constantemente se renueve.
Así como a comienzos de este siglo José Jiménez escribía quizá con demasiado optimismo que se había acabado el eclipse del arte latinoamericano, en 2014 la profesora e investigadora argentina Leonor Arfuch reflexiona sobre el tema y apunta “la crítica cultural en América Latina es un campo atravesado por diversas coordenadas, donde las artes no se distinguen demasiado de la antropología, y la perseverancia de las antiguas culturas tensiona el presente tanto en términos estéticos como éticos y políticos” (p. 39). Esperemos que el proyecto Bienalsur sea un éxito y que derribe además la primacía de algunos países y de los circuitos de unas pocas ciudades.
Quedan todavía muchas cosas por decir del arte latinoamericano, de sus artistas y de Lagloria, muchas cosas para sacar a la luz, cosas del pasado y cosas actuales que se deben contar y digerir, que no se deben callar. Lagloria afirma que “busca instalarse en expresiones vinculadas con mitologías y un pensamiento visual americanista, buscando sustraerse de los paradigmas del arte, sus convencionalismos y normas.”
- Dos caras de Lagloria. Nos quedan muchas más por conocer.
Notas:
[1] La palabra outsider significa “fuera de los límites”, “forastero”, según la RAE “que es o viene de fuera del lugar”, “extraño, ajeno”.
[1] The word outsider means «outside the limits», «foreigners”, according to RAE «that is or comes from outside of the place», «strange, alien».
[2] Ángel Kalenberg, Arte Uruguayo y otros, (Montevideo: Galería Latina, 1990).
[3] María Minerva, “¿Qué es eso llamado arte latinoamericano?”, 2016.
[4] Rita Eder, 1986.
[5] M.Á. García Vega, “El coleccionista Aníbal Jozami presenta Bienal sur”, El País, 25-02.17.
[6] José Jiménez, “El final del eclipse”, 2001.
[7] Mª Luján Picabea, “Religiosidad Pop”, 2004.
[8] Rafael Argullol, “Los siete espíritus de América”, 2001.
[9] Laura Isola, “Obras escogidas”, 2016.
[10] Jorge D. Chacona, “Realidad envolvente”, 2013.
[11] María Albero, “Aproximación a las concepciones estéticas de A. Danto y G. Dickie”, 2016.
[12] Las instalaciones artísticas incorporan cualquier medio para crear una experiencia visual o conceptual en un ambiente determinado. Los artistas de instalaciones por lo general utilizan directamente el espacio de exposición, a menudo la obra es transitable por el espectador y éste puede interaccionar con ella. Wikipedia.
[13] Nombre de una deidad femenina del Brasil es venerada también en otros lugares. Su culto es cada vez mayor, es la gran bruja, la representación del poder oculto dentro de todas las mujeres, es amante de la transformación, la brujería, el amor, la curación y la adivinación. También se puede asociar con la prostitución, la libertad sexual, puede variar de buena gente a difícil y rígida. Es la mejor de las aliadas, y también, la peor de los enemigas. Representa el “alma inferior” y la mujer libre por excelencia, la libertad de la opresión y a la misma vez, la esclavitud. “Pomba” es el nombre de una paloma. “Gira” se refiere a la dirección o camino. Los médiums que trabajan con ella, a menudo giran cuando están en trance. blog.themysticcup.com/magia/la-senora-pomba-gira-la-bruja-mayor-¿quien-es-ella?
[14] La vagina dentada aparece en mitos de varias culturas. Eric Neumann cuenta uno de esos mitos en los que «Un pez habita en la vagina de la Terrible Mother, el héroe es el hombre que derrota a esa madre terrible, rompe el diente de su vagina, y la fornica. «El mito expresa la amenaza que el coito expone al hombre que, aunque empieza triunfante, siempre acaba cabizbajo”.
[15]Verboamérica, Catálogo, 2016.
[16] María Angélica Grottoli, sin editar.
[17] Dicho de un edificio: Construido de modo que toda su parte interior se pueda ver desde un solo punto. (RAE)
[18] Tomás Barijhó: Argentina, 2017.
Bibliografía:
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-Carral, Mabel. “El derrotero de un nuevo espectador de la democratización a la socialización del arte”, en Fundamentos estéticos. Reflexiones en torno a la batalla del arte, S. García y P. Belén coord. (Argentina, La Plata: Editorial de la Universidad de La Plata, 2016).
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-Picabea, Mª Luján. “Religiosidad Pop”, en Clarín.com, (Buenos Aires, 10-07-2004), http://edant.clarin.com/suplementos/cultura/2004/07/10/u-791285.htm, consultado 7-09-2016.
-Piñero, Gabriela. “Discursos críticos sobre el arte desde América Latina. Arte, crítica y teoría en la práctica artística de Luis Camnitzer”, en De Raíz Diversa, vol. 2, núm.4 (México: julio-diciembre 2015): 211-241.
-Rancière, Jacques. El espectador emancipado, Buenos Aires: Manantial, 2010.
–Varios autores: Verboamérica, catálogo de la exposición del mismo nombre realizada en el MACBA, Museo de Arte Latinoamericano, Argentina: Buenos Aires, 2016.
-Zacharías, Mª Paula. “La siesta, excusa inspiradora para unir artistas del interior”, La Nación, Argentina: Buenos Aires, 11-12-2015.
Crédito fotográfico: Son 18 fotografías propiedad de Lagloria.